jueves, 18 de octubre de 2012

La conquista y el mestizaje gastronómico



Con la llegada de los conquistadores a tierras americanas, tanto la dieta indígena como española, sufrió diversas modificaciones, la combinación de la tradición gastronomía de España, con influencia árabe, con sus frutas verduras, especies, ganado y legumbres, y la prehispánica con sus productos locales sentó la base de la cocina mexicana.

Los encargados de la evangelización durante los primeros años de la conquista fueron los frailes dominicos, agustinos y franciscanos. Ellos recopilaron con detalle el uso de las plantas americanas en la medicina indígena. Lo incorporaron a su farmacopea, e incluso usada en sus hospitales. Tanto ellos como los conventos fueron verdaderos centros de investigación, experimentación, producción agrícola, organización comunitaria y acarreo de agua para el consumo y riego.

Los frailes para llevar a cabo la evangelización recurrieron a las representaciones teatrales; contaban la historia de Europa, la moral, la religión cristiana y la política, una vez terminada la representación se organizaban grandes fiestas y comidas. Al principio la dieta de los frailes fue frugal, después de lograr los objetivos, la costumbre se fue perdiendo y empezaron a comer en exceso siempre y cuando las restricciones de las diferentes órdenes se lo permitían.

La dieta de las mujeres religiosas era muy pobre y estuvo marcada por ayunos y abstinencias, salvo los días de fiesta, en esas ocasiones se celebraba la entrada de alguna novicia a la vida religiosa o el santo patrono del convento o nuevas funciones o las posadas y navidad. En esta última se invitaba al virrey, la virreina, el arzobispo, los que patrocinan el convento t familiar de las religiosas. La comida era muy elaborada. Elaboraron los dulces más ricos siguiendo recetas europeas o inventando nuevas con productos locales.

Se difundieron rápidamente por la nueva sociedad, a partir de las hijas de familias criollas y mestizas que recibían educación en los conventos.
El mestizaje dio el intercambio de alimentos, técnicas culinarias, vajilla, utensilios y una nueva forma de percibir la comida.

Las casas de las ciudades tenían una habitación destinada a las actividades culinarias, siendo pequeña y austera en las casas de los pobres y en las casas de los ricos, amplia y muy bien equipada. En las casas mas fastuosas, estaba la cocina (solo para preparar los alimentos) del comedor, conforme a las costumbres españolas.

Los utensilios mestizos fueron los molinillos, batidores y jarras de madera para elaborar el chocolate. También eran el metal: hierro, cobre y bronce. La vajilla era cerámica para los ricos y barro cocido para el pueblo. Las formas de cocción: hervir, freír, asar u hornear.
El ganado europeo fue traído por una cuestión de hábitos alimenticios que por falta de producción prehispánica de carnes.

Cerdos, gallinas, ovejas, cabras, vacas, caballos, fueron los primeros en llegar. Los caballos fueron un sinónimo de prestigio social. Su consumo estaba prohibido.
Los más rápidamente aceptados por los indígenas y el que más se produjo fue el cerdo (lechón y nonato).

Las gallinas y pollos también, incorporándose a la cría tradicional prehispánica del guajolote. Consumían la carne como los huevos.
La carne de vaca era muy apreciada pero estaba muy cara y consumían mejor otras carnes como cabras, cerdos, aves de corral, animales de caza (castor, jabalí, oso, venado, conejo, liebre) y dependiendo de las regiones, pescados  y mariscos.

Comían pocos vegetales y legumbres, los más importantes en los guisos, la cebolla, el ajo, repollo y chicharon. Cultivaban frutas: peras, manzanas y duraznos. Castañas y moras recolectadas de los bosques.



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